Talaré a los hombres de sobre la faz de la tierra pone en relación la violencia emocional y sexual con la violencia sobre el medio ambiente, comparando el “extractivismo de los recursos del inconsciente y de la subjetividad, el lenguaje, el deseo, la imaginación, el afecto” (Suely Rolnik) con el extractivismo de recursos naturales.
Una preadolescente se aleja de su familia en una barbacoa para leer bajo un árbol. Con este acto, da comienzo un rito de paso, y el viacrucis de una mujer millennial, como hija menor, doctoranda y trabajadora sexual. Con una base autoficcional, la obra aborda una educación sexoafectiva fallida y experiencias que siguen a la sombra del tabú. La vivencia personal es transcendida gracias al diálogo con corrientes que han sido fundamentales para reactivar el pensamiento crítico en la actualidad: el feminismo y la ecología. Dos grandes relatos colectivos y salvíficos opuestos al presentimiento catastrofista.