El sector musical y cultural se reactiva con optimismo (parte II)

Desde que se levantaron las medidas sanitarias y finalizaron las últimas restricciones para el sector cultural y musical, ­–de los más damnificados durante estos dos últimos años de pandemia–, se ha empezado a oxigenar su actividad casi a niveles de 2019, gracias en parte por la reactivación de los conciertos y actuaciones de artistas que habían quedado en Stand-by, muchos de ellos con la mayoría de las entradas vendidas.

  • Esta es la segunda parte de un reportaje dedicado al sector musical. Puedes encontrar la primera parte aquí.

Para ver una radiografía actual y esmerada del sector musical hemos hablado con los directores de las principales salas de conciertos y producción musical que cohabitan en el Distrito Creativo de Barcelona. Lluís Torrents, gerente de la Sala Razzmatazz, presidente de la Associación Sales de Concerts Catalunya (ASACC) y vicepresidente de la Academia Catalana de la Música; Ramon Mas, gerente de la Sala Wolf y secretario general del Gremio de Discotecas de Barcelona y provincia y Presidente de la Federación Nacional de Empresarios de ocio y espectáculos, España de Noche; Hernán Herrera, Director del Bridge_48, y Gustavo Guillamet, Director de la Sala La Nau.

Para revertir esta situación, los distintos responsables de las salas de conciertos del Distrito Creativo coinciden que hace falta más implicación del sector público y privado.

Según Lluís Torrents, el Gobierno Municipal es consciente del problema que arrastra el sector musical con las licencias. Debido a los planes de usos de los distintos distritos es casi imposible abrir nuevas salas de conciertos y locales musicales.  Desde la ASACC, apunta, se han iniciado una línea de conversaciones con el ICUB y la Regidoría de Urbanismo para intentar proteger las salas existentes y para que las políticas urbanísticas de la ciudad tengan en cuenta que tanto las salas de conciertos y los locales musicales ejercen una función social muy importante, como también los espacios culturales de proximidad con actividad continua durante todo el año. Las salas de conciertos de pequeño y mediano formato tendrían que disponer de más ayudas. Es aquí donde se cuece la cultura, destaca Guillamet. En la misma línea, Ramon Mas señala que las salas de conciertos necesitan más flexibilidad legislativa por parte del Ayuntamiento, y cambios en la orden de horarios por parte de la Generalitat, sin esto no podemos competir ni recuperarnos como deberíamos. Tenemos que pensar estratégicamente a largo plazo. Sería fantástico que los protagonistas del circuito musical pudiéramos contar con más apoyos en este sentido de forma independiente, añade Hernán Herrera.

Por otra parte, el papel que aportan los patrocinadores al sector musical y a toda la industria musical es primordial. En este sentido, Torrents señala que hace tiempo que el sector reclama una ley de mecenazgo que favorezca el sector privado implicarse en el sector cultural de una manera mucho más activa y estable, “es un déficit que arrastramos hace demasiado tiempo”. Una parte importante del sector cultural es deficitario y la participación privada es una gran ayuda, es fundamental. “La administración debería dar el paso definitivo para consolidar este modelo tan reclamado”, añade Torrents.

Según Herrera, nos enfrentamos a cambios de paradigmas que están cambiando antiguas maneras de articular el entramado cultural de la ciudad. Instituciones como el ICUB, el ICEC o Barcelona Activa están movilizando estructuras sistémicas que más temprano que tarde acabarán estimulando estas interacciones que necesita el sector cultural de forma más orgánica y frecuente. Sin olvidar las universidades que en el caso del Bridge_48, aportan jóvenes talentos en la gestión cultural, como la UIC (Universitat Internacional de Catalunya).

Los patrocinadores seguirán apostando por la música en directo, hay empresas muy implicadas que saben y entienden la importancia de su aportación en el sector cultural, puntualiza Ramon Mas. Aunque sean pocas las empresas que apuestan por la cultura, ojalá se consiga incrementar esta dinámica con facilidades administrativas que ayuden que las empresas se sensibilicen y participen de manera más activa en la cultura.

El futuro musical y cultural dentro del Distrito Creativo de la ciudad no se entiende sin analizar también el modelo urbanístico que vive esta zona y que ha transformado el paisaje en los últimos años.  Al margen del tema climático, que en ningún caso debería ser desplazado del primer plano, destaca Herrera, quienes quieran habitar en el Distrito Creativo de la ciudad, siendo un distrito industrial, tecnológico, artístico y cultural, deberían coexistir aceptando la tradición productiva del Poblenou.

En este sentido, Ramon Mas apunta que para qué la zona sigue teniendo su personalidad, deben existir equilibrios. Además, las empresas culturales deben ser protegidas e incentivar la nueva creación para definir nuevos circuitos de diferentes estilos. “Es cuestión de planificar a corto, medio y largo plazo”.  La inercia del barrio de Poblenou siempre se ha balanceado hacia el lado de la creatividad y el arte, por más que se intente transformar como el distrito tecnológico, la administración tendría que tener en cuenta la corriente de los vecinos y profesionales que lo habitan, añade Gustavo Guillamet. Por su parte, Lluís Torrents sostiene que, redistribuyendo la presencia de nuevas viviendas para no generar incompatibilidades, se podría potenciar espacios donde poder incentivar la música en directo. Tenemos naves vacías donde se podrían crear salas o espacios de ensayos y de creación musical. Aún no somos consientes del valor que aporta la música y la cultura a la sociedad.

Si hablamos de futuro no podemos aludir tampoco a las nuevas tecnologías, muy presentes en nuestro día a día. Últimamente, se habla mucho de la realidad aumentada y virtual, como también de la nueva era del “metaverso”. ¿Pero de qué manera las salas de conciertos y los espacios de producción musical están innovando en este sentido? ¿O más bien, es el turno de mirar de reojo para ver como evoluciona esta tecnología en los usuarios?

Según Lluís Torrents esta nueva tecnología puede aportar mucho en el sector, sobre todo en la música en directo, pero no como substituto, sino como complemento. Poder llegar a mucho más público que pueda asistir de forma virtual a los conciertos, puede ayudar a expandir el acceso a la cultura. De momento aún es pronto para adaptarla en nuestros formatos. La tecnología siempre es bienvenida, pero cabe destacar que para introducir esta tecnología en nuestro modelo de negocio a día de hoy es difícil monetizarla como puede ser en un streaming, destaca Guillamet.  Sin embargo, es una tecnología muy interesante y las salas de conciertos tendríamos que apostar más por ella para crear nuevos escenarios, innovadores y atractivos para el nuevo público, remarca Ramon Mas.  Según Hernán Herrera resulta muy atractiva la experiencia para transgredir límites geográficos. Las nuevas generaciones crecen en un entorno tecnológico cada vez más presente, llegando a generar nuevas maneras de existir. Sin embargo, en nuestro espacio amamos lo analógico y lo presencial.