El sector musical y cultural se reactiva con optimismo (parte I)

El retorno de los grandes eventos musicales internacionales y nacionales en nuestro país visualiza un ansiado regreso de la esperada normalidad. El fenómeno “vuelta a la normalidad” va arraigando cada vez más en la conciencia colectiva, especialmente en los más jóvenes, privados del ocio nocturno durante buena parte de este período pandémico. Aun así, quedan unos cuantos meses para poder parecerse a lo que vivíamos antes del 2020 lleno de actividad y afluencia de público.

Para ver una radiografía actual y esmerada del sector musical hemos hablado con las personas responsables de las principales salas de conciertos y producción musical que cohabitan en el Distrito Creativo de Barcelona. Lluís Torrents, gerente de la Sala Razzmatazz, presidente de la Associación Sales de Concerts Catalunya (ASACC) y vicepresidente de la Academia Catalana de la Música; Ramon Mas, gerente de la Sala Wolf y secretario general del Gremio de Discotecas de Barcelona y provincia y Presidente de la Federación Nacional de Empresarios de ocio y espectáculos, España de Noche; Hernán Herrera, Director del Bridge_48, y Gustavo Guillamet, Director de la Sala La Nau.

 

  • Aquí encontrarás una primera parte de un reportaje que recoge diferentes opiniones y puntos de vista de los profesionales entrevistados para tratar el tema en profundidad.

 

Sin lugar a dudas, los cuatro coinciden en que el sector está muy tocado, pero no suficientemente hundido apuntan, sino que aún mantiene margen de maniobra para rebrotar y resurgir con más fuerza que nunca.  Uno de los aspectos a tener en cuenta para este resurgimiento, apunta Ramon Mas, es que el sector debe ser más creativo, y a la vez conseguir más flexibilidad legislativa para crear nuevos horarios, potenciando así el directo entre los más jóvenes. De igual forma, se espera una respuesta muy favorable del público en general que nos haga recuperar pronto de este gran bache, señala Lluís Torrents. Aun así, necesitamos actuaciones de los distintos agentes implicados en la cadena de valor, con más compromiso social y sinergias entre empresas locales que ayudarían a conseguir ser más sostenibles, sostiene Hernán Herrera. También depende de la viabilidad económica del espacio que vive exclusivamente de los conciertos y en nuestro caso también de los ensayos, destaca Gustavo Guillamet.

Las ayudas públicas han sido un factor determinante para el sector, pero no todo es oro lo que reluce.  Según los profesionales del sector las ayudas no han sido las esperadas, más bien lo contrario. A pesar de disponer de ayudas ante la magnitud de una crisis tan imprevista, quizás fueron insuficientes. Las que llegaron han ayudado, y otras quedaron a mitad del camino debido a requisitos menos elásticos o excluyentes sin excepciones, destaca Herrera. En el mejor de los casos hay salas de conciertos que han podido recuperar un 30 o 40% de los gastos, pero hay otras que no han llegado ni al 10%, puntualiza Torrents. En otros países las ayudas han cubierto hasta el 70% de los ingresos habituales. En otros territorios que han cerrado por completo han compensado las perdidas, aquí nos hemos quedado a medias con ayudas insuficientes, destaca el gerente de Razzmatazz.

Por otro lado, hay que reconocer el esfuerzo que ha hecho el departamento de cultura de la Generalitat, como también el ICUB, que sin la ayuda de estas dos instituciones el panorama musical catalán hubiera casi desaparecido, añade Ramon Mas. De todas formas, cabe puntualizar que las ayudas no son para todos igual, manifiesta Guillamet. Muchos espacios ni siquiera han podido acudir a ellas, hay la letra pequeña que aparta esa posibilidad de acudir a las ayudas y espacios que programan habitualmente conciertos y actuaciones de pequeño y mediano formato finalmente se han quedado fuera.

A pesar de todo, esta crisis ha afectado de lleno al panorama musical, tanto en los circuitos internacionales, nacionales, como las salas de conciertos y festivales de todas dimensiones, hasta los pequeños locales que tenían una programación estable con actuaciones de pequeño y mediano formato.  Según Lluís Torrents, la escena musical se ha resentido mucho de este parón, sobre todo para las generaciones de nuevos músicos que no han podido disponer de espacios para tocar, además debemos tener en cuenta que los artistas no han tenido ayudas para sobrevivir sin tocar. Ahora bien, imagino que poco a poco se recuperará la normalidad y el circuito de pequeños y medianos espacios y artistas emergentes recuperarán el pulso muy pronto, añade Torrents.

Con ayuda y con tiempo el sector se podrá recuperar, pero esto dependerá sin duda de seguir apoyándolo desde el ICUB, generando ayudas para poder seguir programando la escena local, añade Ramon Mas. Aunque las consecuencias hayan sido fatales para determinados actores del circuito musical, estoy convencido de que sin duda se volverá a reactivar. Puede que, de otra manera, pero se volverá, recalca Hernán Herrera.

De todos modos, la ciudad de Barcelona hace años que ha perdido “protagonismo” en relación con otras grandes ciudades como Madrid, que ponen más facilidades para poder programar y abrir nuevos locales destinados a este perfil cultural como es la música en directo, señala Gustavo Guillamet. “Suerte tenemos de la gran oferta educativa musical como son las escuelas superiores de música, como el Liceo, Taller de Músics o ESMUC que permiten que Barcelona sea aún la cuna de la música en directo”.